HIZO ESTA JUGADA PARA GANARSE UN ASCENSO EN EL TRABAJO.

Hizo esta jugada para ganarse un ascenso en el trabajo

Laura llevaba años trabajando en la misma empresa. Había demostrado ser competente, eficiente y siempre dispuesta a asumir responsabilidades adicionales. Sin embargo, a pesar de su arduo trabajo, no lograba obtener el reconocimiento que sentía merecer. En su mente, el ascenso que tanto deseaba parecía un objetivo cada vez más lejano. A veces, se preguntaba si realmente podría alcanzar la cima de la empresa, o si su esfuerzo nunca sería suficiente.

Cuando su jefe, Andrés, anunció que había una vacante para un puesto de mayor responsabilidad, Laura vio su oportunidad. Sabía que tenía la capacidad para el puesto, pero también era consciente de que la competencia sería feroz. Otros colegas también estaban interesados en la vacante, y algunos de ellos parecían tener más conexiones o una mayor “afinidad” con Andrés, lo que la hacía sentirse insegura.

Fue entonces cuando, en un momento de debilidad, Laura decidió tomar una decisión que cambiaría su carrera profesional para siempre. Sabía que Andrés, su jefe, siempre había mostrado interés por ella, aunque de manera sutil. A lo largo de los años, había notado los elogios que le dedicaba, las pequeñas sonrisas cómplices y los gestos amables que no parecían dirigidos a los demás. Aunque nunca había cruzado límites profesionales, Laura sabía que podía aprovechar ese interés a su favor.

Una tarde, después de una reunión particularmente importante, Laura se acercó a Andrés para hablar de manera privada. Lo que comenzó como una conversación sobre el proyecto en el que ambos estaban trabajando, pronto se transformó en algo mucho más personal. Laura comenzó a mostrar una actitud más cálida y cercana. Durante la charla, lo miró a los ojos de una manera diferente, con una sonrisa más seductora, buscando crear una atmósfera de confianza y complicidad.

Andrés, sorprendido por la cercanía que Laura había mostrado, comenzó a relajarse. La conversación fluyó de manera más amigable, y en un momento, él le confesó lo impresionado que estaba por su desempeño. Laura, al sentir que había encontrado una puerta abierta, decidió hacer su jugada. Sin pensarlo demasiado, comenzó a hablar sobre su futuro en la empresa y lo mucho que le gustaría seguir creciendo profesionalmente. Mencionó, de forma sutil pero clara, que le encantaría asumir más responsabilidades, incluso si eso significaba tomar decisiones más difíciles.

Andrés, en ese instante, no pudo evitar notar la determinación en sus palabras y la vulnerabilidad en su tono. La conversación se hizo más profunda, y Laura no perdió la oportunidad de mostrarle lo comprometida que estaba con el éxito de la empresa. Además, mencionó que su desempeño había sido siempre impecable y que, sin duda, estaba lista para el próximo paso. De alguna manera, transmitió que el ascenso sería no solo un paso profesional para ella, sino algo que también beneficiaría a la empresa.

El ambiente en la oficina se había ido tornando más tenso a medida que se acercaba el momento de tomar la decisión. Sin embargo, Laura sintió que algo había cambiado esa tarde con Andrés. No había cruzado líneas directas, pero había insinuado lo suficiente para que su jefe viera en ella una opción más viable para el puesto. La jugada fue arriesgada, pero efectiva.

Una semana después, Laura fue convocada a la oficina de Andrés. Su corazón latía con fuerza mientras él le anunciaba que había sido elegida para el ascenso. Le explicó que su actitud proactiva y su compromiso con la empresa habían sido clave en su decisión. Laura no pudo evitar sonreír, aunque dentro de ella sabía que el ascenso no solo se debió a su habilidad profesional, sino también a la jugada que había hecho esa tarde.

Aunque Laura celebró su éxito, no pudo evitar preguntarse si había hecho lo correcto. ¿Había jugado limpio? ¿Había actuado con integridad? Mientras disfrutaba del ascenso, también comenzó a cuestionar si el precio de conseguir lo que quería había valido la pena. Sin embargo, no podía negar que la jugada había sido efectiva, y en el mundo corporativo, a veces las reglas no son tan claras.

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