Le Pagó para que Fuera su Novio, Pero Descubrió un Gran Secreto
Camila estaba cansada de las preguntas. En cada reunión familiar, cada salida con amigas, la misma mirada, la misma frase: “¿Y el novio para cuándo?” Había enfocado su vida en su carrera, y el amor no era su prioridad… pero el juicio constante comenzaba a incomodarla.

Así que, en un impulso desesperado (y con un poco de vino encima), publicó un anuncio anónimo: “Busco acompañante para eventos sociales. Pago bien. Discreción total.”

La respuesta que le llamó la atención fue de un hombre llamado Julián. Alto, educado, encantador y con una sonrisa que parecía ensayada pero efectiva. Tuvieron una breve entrevista en un café, y él fue directo: “No hago esto por costumbre. Pero necesito el dinero. Si fingir ser tu novio por unas semanas ayuda a los dos, trato hecho.”
Camila aceptó.
Julián resultó ser perfecto en su papel. Su familia lo adoró. Sus amigas lo envidiaban. Parecía saber exactamente qué decir y cuándo decirlo. Camila, a pesar de sus defensas, comenzó a disfrutar su compañía más de lo que esperaba.

Pero pronto empezó a notar cosas extrañas.
Un día, lo vio mirando fijamente una foto en su sala. Era una imagen de su madre con un grupo de mujeres de su juventud. Cuando Camila le preguntó por qué la observaba tanto, él fingió no haberlo hecho. Otra vez, le preguntó por su familia, y Julián esquivó la pregunta con una sonrisa y un cambio de tema.

Camila empezó a investigar. Algo en su instinto le decía que Julián ocultaba algo. Lo buscó en redes, revisó antiguos correos, incluso preguntó discretamente en círculos comunes. Y entonces, encontró la verdad.
Julián no era un desconocido.

Era hijo de una mujer que había tenido una historia secreta con el padre de Camila muchos años atrás. Una relación oculta que terminó abruptamente… y de la cual Julián había nacido.
Julián era su medio hermano.

El secreto había sido enterrado por ambas familias para evitar escándalos. Nadie habló jamás del hijo “perdido” que la otra mujer había tenido sola. Y ahora, sin saberlo, Camila lo había traído a su vida… y pagado para que fingiera ser su pareja.
Horrorizada, confrontó a Julián. Él ya lo sabía. Lo había descubierto semanas atrás, pero no supo cómo decírselo. Lo que empezó como un acuerdo casual se había convertido en un juego peligroso de emociones y verdades ocultas.
Ambos terminaron su extraño acuerdo de inmediato, en silencio y con el corazón revuelto. Camila se sintió traicionada, pero también entendió que, en medio de todo, nadie había planeado que las piezas encajaran de esa forma.
Porque le pagó para que fuera su novio… pero descubrió un gran secreto que cambiaría su vida para siempre.